*Esta crítica apareció en Mi Nueva Edad:
https://www.minuevaedad.com/actualidad/2019/2/18/el-disco-del-mes-moving-pictures-de-rush/
Intérprete: Rush
Título: Moving Pictures
Discográfica: Mercury Records
Género: Rock Progresivo, Hard Rock
Duración: 39 min; 44 seg.
Número de canciones: 7
Fecha de publicación: 12 de febrero de 1981
Un disco de museo para la exhibición de un super grupo
El pasado 12 de febrero se han cumplido 38 años, casi nada, de la publicación de uno de los discos más influyentes e importantes de la banda canadiense Rush. Me refiero a Moving Pictures. Debo decir que el trío de Toronto ha sido uno de los grupos que mas me ha emocionado y encandilado de la historia de la música y que no me explico el motivo por el cual no había aparecido aun alguna de sus grabaciones como disco del mes en Mi Nueva Edad (que las tienen, para dar y tomar, hasta 19 álbumes de estudio, 11 directos y 10 recopilatorios, para un total global de unos 40 millones de discos vendidos tras 41 años de carrera).
Ahora los motivos son dos, claro, uno gozoso, el 38 aniversario de esta obra sublime que es Moving Pictures; el otro no tanto. Rush se retiran de los escenarios, incluso puede que de las nuevas grabaciones, el grupo ha alcanzado eso tan habitual de algunas bandas que no significa su fin, pero que marca una espera demasiado insoportable para sus fans. Después de tanto tiempo han entrado en hiato (una forma suave de decirnos adiós). Al menos nos queda un surtido de discos extraordinario en el que es difícil señalar a tan solo uno como el mejor, aunque nos ocupemos aquí de Moving Pictures, sin duda, uno de los más importantes de su trayectoria.
Rush siempre han sido, a pesar de su arrollador éxito en Canadá, Estados Unidos y el continente sudamericano (inolvidable su disco Live in Rio), un grupo minoritario, demasiado minoritario en Europa, pero seguido con una vehemencia y efervescencia incontenible por sus seguidores. Esto se debe, en parte, al tipo de música que el trio puede desarrollar gracias a su magnético virtuosismo, y que experimenta en Moving Pictures una de sus mayores explosiones.
Porque Rush son un trio de magos, un power trio, que también reciben esa denominación, que se pasean por el Rock progresivo y le dan un toque muy personal. De hecho, la incorporación de sintetizadores a las canciones en Moving Pictures, y la complejidad de sus estructuras, significará un avance decisivo en la siguiente línea de éxitos del grupo.
¿Qué tipo de canciones son estas que aparecen en Moving Pictures? Se tratan de siete clásicos de la banda, que firma, así, un disco perfecto. Sin fallo. No le sobra nada. No le falta nada. Todo aparece en su sitio exacto, interpretado con precisión y buen gusto. Es un baúl de éxitos para gente exigente, pegadizos pero arriesgados, complicados pero sencillos de oír. Música para disfrutar.
El inicio de esta grabación encadena cuatro de los mejores y mayores temas creados por los canadienses: Tom Sayer, Red Barchetta, YYZ y Limelight. Con el interés añadido, y ya sabéis que en Mi Nueva Edadsomos muy literarios, de que varias de estas composiciones poseen una evidente inspiración en la literatura. Poco hay que añadir de Tom Sayer, claro, pero Red Barchetta está inspirada en una narración distópica del escritor Richard Foster, al estilo orwelliano.
YYZ es uno de los mejores instrumentales progresivos que se hayan grabado, una composición arrolladora, teniendo como base el código morse de identificación del aeropuerto de Toronto. Y Limelight, simplemente, tal vez sea una de las más inspiradas canciones que haya compuesto el grupo.
The Camera Eye, la suite de más de diez minutos con la que comienza la segunda sección del disco, bebe directamente de las novelas de John Dos Passos, con esa mirada fragmentaria de la ciudad de Nueva York que el escritor americano utilizó para componer su Trilogía U.S.A.
El disco se cierra con el excepcional trabajo de bajo y percusión, Witch Hunt, y con el tema alegre y colorista, de un reggae sorprendente, Vital Signs. Una demostración extraordinaria de lo que han sido capaces de hacer tres tipos con un talento descomunal: un guitarrista, un batería y un bajista que consiguieron elevar la sencillez con la que compusieron su música hasta la dimensión de lo increíblemente complejo, dejándonos en ese proceso un regalo sonoro impagable.
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