martes, 12 de abril de 2011
¿Siglas?
Realmente, creo, casi estoy seguro, sí, seguro, esas cosas no se olvidan: primero fue SC. Y después, ya vino OL. Y más tarde llegó otra O, en este caso junto a una P. Ummm: más adelante fue MG y TR e, incluso, CM. Entonces, apareció SA y casi enseguida AG y CM (pero diferente al CM anterior, es decir, otro CM). Luego... con el paso de los años llegó AV y también llegó BS y, al fin: MH. Siglas, todas ellas siglas, dos letras, dos espinas que ahora, como dos raspas, siglas como raspas de sardina, letras como dos espinas, se han encarnado y hieren y supuran y hierven y no son ya más que eso: las siglas, las reliquias de un dolor aguardentoso encarnado en la sangre.
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