viernes, 10 de septiembre de 2010

Solo en Gdansk, el miedo


Solo en Gdansk, el miedo alcanza la magnitud de los más de 14 pisos del hotel Hevelius. Solo en Gdansk, el pánico vuela con las gaviotas y los patos. Solo en Gdansk, aterrado frente al monumento a Solidaridad. Solo en Gdansk, el terror es una olla a presión, enorme, que no te deja respirar. El vapor se posa sobre el Báltico, el miedo se posa sobre el corazón. Solo en Gdansk, el horror inunda la basílica de María, las cervezas tomadas en un mirador sobre la desembocadura del Vístula saben más amargas. Solo en Gdansk, el miedo no sabe por donde escapar.
Solo en Gdansk, el miedo alcanza los 14 pisos del hotel Hevelius. Y yo abajo. Tan solo. Con tanto miedo.

2 comentarios:

  1. El ritmo y la reiteración de la "r" le dan tono de poema. Ojo, que sigo siendo rubia, he dicho eso como podía haber dicho: "uy que cuqui".

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  2. Gracias por el comentario. Muy amable, rubia.

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